Hasta el inicio del año 2000, el gas natural explotado (esencialmente metano), era extraído de tres fuentes: los yacimientos de hidrocarburos de tipo convencional, la transformación petroquímica de hidrocarburos pesados y el biogás. Desde hace diez años, la escasez de los recursos fósiles generó la explotación de yacimientos de gases no convencionales